Hoy he arrancado una pluma a un ángel
Ayúdame a escribir una historia.
Dejo la piedra a los pies del altar, donde la libertad limita con el alma. Ayúdame a contar cómo los copos de nieve se posan en los hombros, cómo el hielo se resquebraja bajo tus pies y las aguas anulan tu voluntad. Te he visto sonreír aunque ahora sangres. Y así, sin humanidad y con los dioses mirando hacia otro lado, el hombre débil sirve para crear conciencia y lo oscuro es reagrupado para la guerra. Cada hilo de esperanza liberada da luz a un nuevo amanecer. No te prometo nada en tu vida, únicamente dignidad.
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