de Emilio Porta



La húmeda arcilla de la vida



Corre el agua, contenida, en la fuerza primera de su nacimiento, y luego libre.
Juega sobre las piedras y cubre su cuerpo con la claridad inconsciente de la rebeldía.
Su curso, finalmente, sobrepasa el cauce, lo inunda, y lo derriba.
La húmeda arcilla se amolda a la vida.
No puede detener a la corriente que ya conoce la libertad.


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