Releyendo “Desglaç” (Deshielo)
de María–Mercè Marçal
Ciega de luz a tientas
camino entre las flores
silbando una canción
antigua que recuerdo
sin voluntad alguna.
Un otoño que empieza
con sol de primavera.
La música costumbre
de la melancolía.
Perdida en el jardín
intento liberarme
de lianas floridas
que envenenan mi piel.
Minúsculas espinas
de cactus transparente
que duelen al andar.
Me agarro un poco herida
a una pluma azul
mecida por la brisa
y las hojas primeras
de un otoño amarillo
que me abre sus puertas.
La belleza llena un cántaro invisible
que protege del invierno
Ya están los árboles desnudos,
hoy descubrí que he nacido en invierno.
No era quién yo pensaba
una vez más.
Escucho la luz
quiebra
la capa de hielo que frena la corriente.
Olvidar, olvidar
los números y los nombres vacíos,
el centro está en la casa.
Encerrarme en el silencio,
dejar volar los pájaros.
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