Se santigua la noche para entrar en la duda
de las horas previas al alba convulsa.
… y voy derramado como un río
hacia el mar hondo de la culpa.
Las palabras tienen un sabor
a vino viejo, picado, sin costuras,
que pasan por mi dejando un rastro amargo y rojo,
mientras la aurora circuncida la noche.
Gato de siete vidas,
voy por la séptima muerte.
Conchabado con los estraperlistas
busco en el mercado negro
otra oportunidad para el sufrimiento.
Ludópata vital congénito,
amalgamando el metal fariseo
con la sangre de la purificación,
me resisto a morir del todo
por temor a la nada, a tu olvido.
Me gustan tus versos Arturo.
ResponderEliminarEspecialmente lo del sabor de las palabras y lo del resistirse a morir del todo.