Conexiones
Fue sabia la elección
de ofrecerse al hechizo de aquel bosque,
un no sé qué encogía por dentro.
Desde el río a la cúpula de verdes,
el aliento quedó contenido,
la belleza sin nombre.
Solemne desfile de viejas hayas
sumando arrugas de dolor a un siglo.
Cegaba aquélla de útero abierto
que es herida y cicatriz.
Supe de su llamada al interior
y trepé hasta sus ramas,
traspasándonos de la piel al tronco
el gozo de sentir.
Allí el árbol, la vida,
nosotros tan pequeños…
sobre la tierra de agua y tierra
que giraba multiplicando sombras.
Desde el mismo santuario
niña igualmente llegó contigo,
luciendo su cuerpo de musgo,
la más humilde de las piedras.
La mano excedió al aire,
se acercaba la duda si tocarla,
era caricia su verdor.
Y allí etéreo
ese cíclico girar de los átomos,
una misma órbita,
mineral entre mis dedos
y el invisible corazón de los tuyos,
conectando la vida que aún nos vive.
Sin palabras
No sé de los versos sin guión,
ni de ese tiempo, tan fuera del tiempo,
que puso en la noche toda la luz.
El esponjar la vida a trozos
nos hizo paisaje de confidencia,
cercanía tan sin palabra,
tan sintiéndose cuerpo y labio,
musa de lo improbable
en aquellos minutos
que crecieron como siglos.
Enmudeció el cielo
y las estrellas
soltaron su orfandad en las pupilas.
Cómo agradecerte el gesto
si supe de su pequeñez tan grande
cuando no me cabía en la mirada.
Cómo decirte que me haría sombra
por entibiar el aire que te envuelve,
si es que camino
el lado trasparente de tu andar solo.
Y cómo convencerte
de que mi voz se ahogaría,
solo por ser
la compañera de tus silencios.
Y aunque quisiera ser la escalera del sonido,
pongo freno a todas las palabras
que ya no pronuncio
y que solas se escriben por dentro.
Puedo leerlas,
hoy llegan hasta la piel:
“El corazón tomó la palabra
y en su lenguaje de río rojo
fue susurrando te quiero, te quiero…”.
“Te necesito…
para soltar tanta mariposa,
antes de que me dejen,
en lo más hondo,
todos sus gusanos”.
Es curioso la cantidad de contenidos que atesoran los dos título de estos dos poemas puestos uno tras otro:
ResponderEliminar"Conexiones sin palabras".
Eso es telepatía, o simplemente empatía, que es lo que yo siento cuando leo que escribes :
Allí el árbol, la vida,
nosotros tan pequeños…
Enmudeció el cielo
y las estrellas
soltaron su orfandad en las pupilas.
¡Jo... que me gusta!
Un besoabrazote.